Un ano máis,
celebramos o Día da Biblioteca. E facémolo cunha primicia, ao conseguir descubrir
o segredo mellor gardado do País das Marabillas 150 anos despois de ser creado
pola imaxinación de L.Carroll: un pequeno edificio escondido tralas árbores do
bosque. Será mellor deixar que nolo conte Diego Arboleda:
«Con motivo del Día de la Biblioteca, quiero
compartir con vosotros un secreto: el Conejo Blanco casi siempre tiene prisa.
Quizá algunos penséis que esto no tiene
mucho que ver con las bibliotecas y que, además, como secreto, deja bastante
que desear.
Alicia en el
País de las Maravillas se publicó
hace 150 años, y desde entonces los lectores de todo el mundo han
sabido que el conejo llega tarde, demasiado tarde, y por tanto tiene
prisa.
Reconoceréis, eso sí, que no es un conejo
cualquiera. Que sepamos, este es el único conejo que usa chaleco y reloj de
bolsillo, lo cual plantea una incógnita: si tiene reloj, ¿por qué siempre llega
tarde? ¿Quién es culpable de la tardanza? ¿El conejo o su reloj? Los expertos
no se han puesto de acuerdo sobre este punto, que ha provocado graves
discusiones entre veterinarios y relojeros. Y si se alude al chaleco, es aún
peor. Solo hay una cosa más peligrosa que una discusión entre un veterinario y
un relojero, y es una discusión entre un veterinario, un relojero y un sastre.
Es mencionar el asunto y se desenvainan todo tipo de agujas (hipodérmicas, de
coser y de reloj).
Así que mejor volvamos al secreto. El Conejo
Blanco casi siempre tiene prisa. Corre porque tiene miedo de que la
Duquesa y, sobre todo, la Reina de Corazones ordenen que le corten la cabeza.
Pero vosotros, que aún conserváis la vuestra, concentraos en ese casi.
Es la clave, el secreto mejor guardado del País de las Maravillas.
Casi siempre. ¿Cuándo no tiene prisa el Conejo
Blanco? Solo cuando visita un pequeño edificio escondido tras los árboles del
bosque: la biblioteca.
El conejo se toma su tiempo para curiosear
entre las abarrotadas estanterías. Tiene un libro en mente pero, cuando se
acerca a cogerlo, no puede evitar fijarse en el tomo que lo precede, y en el de
más allá (y, como ya sabéis, en una biblioteca, el libro de más allá es al
mismo tiempo el libro de más acá de otro libro que está a su lado…). Demasiadas
opciones. Lleva tiempo elegir un libro. El conejo sabe que se encuentra en el
hogar de la lectura, y la lectura es un placer que se disfruta sin prisa.
Aunque nadie haya mencionado antes esta
biblioteca secreta, no lo dudéis, hay una en ese extraño mundo que visitó
Alicia. No puede ser de otra forma. Pues a pesar de contar con el Sombrerero
Loco, el Gato de Cheshire y la Oruga Azul, a pesar de todos los animales
fantásticos y las extraordinarias cosas que allí suceden, todo eso no es
suficiente para ganarse el nombre que ese mundo tiene. Un lugar nunca podría
llamarse País de las Maravillas si entre sus maravillas no se contara una
biblioteca».
Pola nosa parte, sempre o sospeitamos. E decidimos
celebralo como corresponde, organizando “unha tola festa do té” á que, por
certo, o coello tamén chegou tarde.
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